Cristina Monzón, nos hace viajar hasta la zapatería más grande del mundo, León. Esta completa guía de ¿Qué hacer en León? te cuenta los lugares imprescindibles que ver en León de México. Anécdotas e historias que suceden en los rincones de esta ciudad y que te hacen sentir que estas allí mismo. Todo ello aderezado con unas pinceladas de historia para que conozcas un poco más sobre esta ciudad, el León de los Aldama.
¿Qué hacer en León?
Hacía tiempo que no me encontraba con un destino con tantos apelativos. El oficial: León de los Aldama, aunque también es conocida como la perla o el gigante del Bajío, la ciudad mundial del calzado, la de los panzas verdes o la zapatería más grande del mundo.
Le pregunto al Licenciado Carlos con quién comparto cena y unos tragos, el porqué del gentilicio «panzas verdes». Me regala dos versiones ―y Reina, quédate con la que más te guste―me dice zalamero mientras me guiña un ojo.
Me confiesa que la primera tiene raíces vegetales pues parece que en los años 60 existían muchos puestos de lechugas frescas cerca del ferrocarril. Los vendedores que vestían mandiles blancos, se limpiaban las manos después de ofrecer sus mercancías a los clientes, dejando sus delantales decorados con nutritivos churretones.
La segunda versión es el orgullo de la ciudad, me confirma el licenciado, debido a que está vinculada a la industria del cuero, auténtico motor comercial de León. Mi nuevo amigo me relata la siguiente historia: ―antaño los curtidores hacían pasar la piel por distintos procesos químicos hasta dejarla lista para ser trabajada. Cuando los cargadores la trasladaban a los talleres y fábricas, las tenían que apoyar en su pecho y abdomen, dejando los mandiles tintados de verde al haber entrado en contacto con los químicos. ―Por eso desde entonces y para siempre, somos los panzas verdes, me explica con esa sonrisa entre amable y pícara con que me voy encontrando por el Estado de Guanajuato.
Nada más llegar percibo que León tiene alma de gran metrópoli y que posee una clara vocación comercial, social y de servicios. Detecto en ella otra velocidad de arranque. No en vano es la urbe más poblada del Estado de Guanajuato con cerca del millón seiscientos mil habitantes.
Desde la década de los 40, León ha vivido de la cadena productiva del cuero, aunque en la actualidad también se ha convertido en un destacado clúster automotriz.
¡Atención: que estas descripciones NO te hagan borrarla de tu itinerario!, pues León de Gto tiene, entre muchas, la virtud de aunar los negocios con un turismo histórico, cultural y gastronómico, que te permite conectar con el México más genuino.
No en vano, la ciudad se ha convertido en foco de turismo experiencial con su famosa Ruta Picaso (que por cierto nada tiene que ver con el pintor, sino que es el acrónimo de piel, calzado y sombreros), que conduce al turista amante de las experiencias por tenerías, talleres y fábricas para que puedan vivenciar en primera persona el proceso de manufactura de la piel. Una actividad sin duda enriquecedora y que a la vez permite comprar a precio de mayorista.
Otro imán de interés lo proporciona el «shopping» que hará enloquecer a todo amante de la moda o comprador eficiente que busque equilibrio entre calidad y precio. La oferta de productos trabajados en cuero como zapatos, chaquetas, cinturones, sombreros, marroquinería… es muy amplia y está marcada por la tradición y el diseño más actual.
Pero empecemos por el principio…
I.-PINCELADAS HISTÓRICAS
En el último cuarto del siglo XVI el territorio estaba habitado por distintas tribus indias. Es entonces cuando el Virrey España le da la encomienda a Don Juan Bautista de Orozco para que funde una ciudad.
―Ya sabes Orozco, reúne cien españoles que estén dispuestos a vivir en ella al menos diez años.
―Difícil veo alcanzar tal número, Señor, pero tenga a bien seguro, que al menos seremos cincuenta.
―Pues sea entonces villa, pero que sea.
Juan Bautista cumplió su cometido el 20 de Enero de 1575, bautizándola como León por deferencia al Virrey, nacido en esta ciudad castellana y como la primera piedra se colocó el día de San Sebastián, el santo quedó convertido en patrón de la nueva villa, siguiendo la advocación vigente hasta nuestros días.
El apelativo de «Los Aldama», se añadiría después, en torno al 1830, como reconocimiento a dos valientes insurgentes de la independencia.
II.- ¿QUÉ HACER EN LEÓN?
León de los Aldama es una ciudad muy católica; lo percibirás al ver el número de fieles en las iglesias o al conversar con ellos. Independientemente de tu credo o ausencia de él, te recomiendo que visites estas dos iglesias: el Templo Expiatorio y la Catedral Metropolitana, dos joyas monumentales de imprescindible visita.
EL TEMPLO EXPIATORIO
Se trata de una iglesia neo-gótica construida en los años veinte del pasado siglo. Es sin duda uno de los templos más bellos del país, me explican los lugareños, a los que debo dar la razón pues el edificio es espectacular. Me deja perpleja la altura de sus columnas que parecen tener anhelo de fundirse con Dios, su piel blanca que contrasta con sus cristaleras y rosetones que conscientes o no, tratan de competir con su homónima de Castilla y sus pasadizos y criptas que son como una segunda ciudad bajo tierra.
Si es media tarde, acércate hasta el grupo de viejitos que bailan en la explanada adyacente. Míralos, ¿no te resultan encantadores?
Qué lindos se ven con sus trajes de chaqueta y sus pulidos botines; igual que las doñas con sus faldas por debajo de la rodilla, sus zapatitos de tacón y sus coquetos peinados.
Suena un danzón e inmediatamente salen a la pista varias parejas. El sol cae a plomo pero parece no ser disuasorio.
En hidalgo paseíllo, que me recuerda al que hacen los toreros en idéntica hora vespertina, salen del brazo los valientes bailarines. Sin hablar se sitúan en el centro de la pista, se miran, se arrejuntan… creo que a su manera, hasta flirtean un poco.
Suenan los primeros compases que recuerdan un cha-cha-cha pero lento y las parejas bailan, bailan y bailan hasta que el último compás queda mudo.
―Señorita, ¿gusta Usted?
No me puedo resistir a la petición del viejito. Salvador, se llama. Me agarra amable pero con autoridad.
―Déjese llevar Señorita, me indica con ojos amables.
Me coge del brazo. Huele a tabaco y menta. Me mueve con pericia hacia delante y atrás, ahora un giro, luego una pausa… Las Doñas que no bailan y que disfrutan igual sentadas a la sombra, nos aplauden. Otra, otra… nos reclaman.
Lo siento Salvador, pero me están esperando mis compañeros…., tenemos cita en la Catedral.
LA CATEDRAL METROPOLITANA
La catedral de León está dedicada a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Luz.
La Metropolitana la puedes ver desde cualquier punto de la villa, pues tan sólo elevando tu mirada, te encontrarás con sus dos esbeltas torres de 70 metros de altura.
En el edificio predomina la decoración neoclásica con algunas pinceladas barrocas y ¡oh sorpresa!, también un guiño al neo-mudéjar. No dejes de acercarte a la capillita de San José que te trasladará sin previo aviso a la misma Alhambra.
Ya habéis visto que me gustan las historias; aquí os comparto una de mis favoritas de León.
Cuentan que allá por el año 1892, la ciudad fue asolada por una epidemia de tifus por la que fallecían diariamente cientos de personas. El devoto José María Velázquez, elevo sus plegarias al cielo, jurando que si la ciudad resistía la plaga, encendería cada día una luz que colgaría entre las torres.
―Ay Juana, ¿Qué es esa luz?
―Me da a mí que es mal augurio.
―Calla, calla, no seas agorera. Seguro que es nuestra Señora de Luz velando por nosotros.
La ciudad se salvó y José, en agradecimiento, cumplió la promesa. La tradición ha permanecido viva hasta hoy. Si te acercas a la catedral verás que aún se prende una lámpara, eso sí eléctrica, que otorga testimonio de fe del milagro de la Virgen de la Luz con sus fieles leones.
Los «panzas verdes» aman a su Virgen y así se lo cantan con coplillas como las que escribió el Padre Angelito Aranda y que esta noche me recita el Licenciado Carlos: «¡Lamparita, lamparita! Qué cerca del cielo estás, dile a mi Madre del cielo que calme nuestro penar».
Debía estar escrito en el cielo que la Señora de la Luz sería la patrona de León. Según me cuentan, el cuadro de la Virgen que se pintó en Palermo, se rifó entre distintas ciudades mexicanas, tocándole tres veces a León en el sorteo.
―Ésta era su casa, me dice orgulloso, el licenciado mientras me sirve más tequila.
―Para, para Carlos, que luego no me acordaré de lo que me cuentas.
―Tranquila mija, tu rézale a la virgencita para que te de buenas entendederas.
Carlos sigue contándome tradiciones y costumbres de la titular de la catedral. Cada Mayo, me relata, los distintos gremios y barrios de León, vienen en peregrinación a homenajear a su patrona y reina. ¡Tendré que volver en Mayo!
EL ARCO DE LA CALZADA DE LOS HÉROES
Es sin duda el símbolo de la ciudad. Se trata de un arco de triunfo construido en el siglo XIX en un barrio marginal usado para amontonar desperdicios. Con la llegada de los festejos patrios y con el fin de terminar con tamaña suciedad, el consistorio encarga al ingeniero Pedro Tejada que se construyera una puerta, que inicialmente sería bautizada como de la Paz.
En principio se trataba una construcción efímera de “quita y pon” realizada en madera, yeso y cartón, pero que gustó tanto, que decidieron replicarlo en materiales perdurables.
A punto de concluir el siglo XIX se construye la portada con piedra de cantera, que se remata con un arco, algo que no tenía su predecesora. El león que hoy reina en lo alto se incorporaría en la década de los cuarenta cuando un mecenas dona una figura de mampostería emulando al animal símbolo de la ciudad.
El león actual, cincelado en broce no llega a la cima hasta 1958. En el montaje pierde la cola que hubo de ser restaurada. Lo que curiosamente nunca perdió porque nunca tuvo, fueron sus atributos sexuales.
Parece que el león fue diseñado sin sexo, como los ángeles. Cuentan las lenguas habladoras que recientemente hubo una polémica en la ciudad cuando un regidor sometió a discusión del cabildo la idea de que al león castrado le fueran añadidos sus atributos viriles. Parece que el proyecto al final no prosperó así que no tenéis nada que temer por el león leonés, que es del todo inofensivo.
PLAZA DE LOS FUNDADORES
Uno de los enclaves más emblemáticos de la ciudad que se ha convertido en “punto-foto” de turistas y transeúntes, es la Plaza Fundadores, sobre todo al lado de la Fuente de los Leones, oficialmente «Fuente Conmemorativa al Cuarto Centenario», que está rodada de 4 leones que simbolizan los 400 años de vida de la ciudad.
La plaza está llena de presente y de vida, a la vez que de historia. En este preciso lugar, en 1576 el primer habitante de León, el colono minero Juan Gómez, edificó su casa.
LA PLAZA DE LOS MÁRTIRES DEL DOS DE ENERO
Esta plaza es mi favorita, pues hace que México se me meta en la piel solamente mirando a las mamas presurosas que acuden a algún mandado, mientras arrastran a los niños que ralentizan su paso al quedar absortos con los globos de colores.
―Ándale mami, cómprame el grande, el de la forma de lápiz.
―Que no Luis Jorge, que hoy no hay globo.
Varios limpiadores pulen botines y zapatos de lugareños hasta dejarlos impolutos; aquí parece que es tradición llevar el calzado limpio. ¡Qué menos se le puede pedir a un hijo de una ciudad zapatera, ¿no?!
En el centro de la Plaza, resalta un kiosquito pintado de verde carruaje. Debajo una banda toca música popular. La gente escucha sentada en los bancos de alrededor; los mayores callados y sobrecogidos por los acordes; las parejas de enamorados, muy jóvenes, se hacen arrumacos mientras se tararean la melodía al oído.
Unas vendedoras de flores me ofrecen un ramillete.
― ¿Qué son? Pregunto curiosa.
―Gardenias y rosas, Señorita.
Las flores lucen lozanas aun cuando hace un calor aplastante. Las van remojando cada poco con un spray y huelen a gloria.
En una esquina veo un carrito con la tradicional cebadina, la bebida roja hecha de Jamaica, tamarindo y cebada; en otro carrito me ofrecen helados, «nieves» lo llaman ellos.
La escena me resulta encantadora, atemporal y mágica.
Pruebo una cebadina, que está deliciosa.
―¿Qué puedo comer así sobre la marcha? Le pregunto al vendedor del puesto.
―Pues no debería marcharse sin probar una «Guacamaya».
Le hago caso. Ummm que rico me sabe este panecillo relleno de chicharrones, aguacate, tomate y huevo.
Qué pena, pues no tengo tiempo de probar la Michelada, un coctel mexicano aderezado con picante, que me han dicho que está espectacular.
Siempre es bueno, dejar algo para la próxima vez, me digo a mi misma sin resultarme demasiado convincente.
RESUMEN SOBRE QUÉ HACER EN LEÓN.
Desde mi experiencia os recomendaría León como destino para pasar un fin de semana, pero si sólo tienes un día como yo, estos son mis imprescindibles:
- Catedral Nuestra Señora de la luz.
- Templo Expiatorio Sagrado Corazón de Jesús
- Plaza de los Fundadores
- Plaza de los Mártires del Dos de Enero.
- Arco Triunfal y Calzada de los Héroes
- Por supuesto hacer Shopping en la Plaza del Zapato, la Galería del Zapato y en la Plaza de la Piel.
- Tomar por la calle una cebadina y una guacamaya.
- Si viajas en noviembre, no te pierdas el Festival del Globo de León. En este artículo tenemos un vídeo que resumen qué hacer en León y puedes ver el Festival del globo desde primera hora de la mañana hasta que están todos los globos en el aire.
- También puedes echar un vistazo al artículo de ¿Qué ver en León? de Jesús Martínez.
Si puedes alargar tu estancia, incluye sin duda:
- La Ruta Picaso.
- Comer o cenar en el Panteón Taurino, un restaurante decorado como una plaza de toros con lápidas por mesas con el nombre y fecha de toreros fallecidos. ¡Estate atento! Porque si en algún momento el camarero te coloca la montera en la cabeza, te tocará subirte a la barra y torear. La comida es rica y el lugar, aunque turístico, no deja de resultar curioso.
- Visitar el Fórum Cultural un conjunto de edificios consagrados a la educación, cultura y arte.
Estoy terminando la cena con Licenciado Carlos y mis amigos españoles, trotamundos como yo: @fotoescapada, @rosacondetv, @deeuskadizalmundo, @elenamchef5, @tragaviajes.
De fondo suena Gerardo Reyes:
Mi tierra es León Guanajuato
de oficio soy zapatero
y en el mérito Irapuato
Nació la joven que quiero
Ella se crió entre las fresas
Yo entre pedazos de cuero.
********
Desde el norte te mando un saludo
Guanajuato mi estado querido
Y me gusta gritar con orgullo
soy de León y no lo echo al olvido
( ay, ay, ay Panza Verde )
Me alegro tanto haber conocido la ciudad de los «panzas verdes», que no puedo, ¡qué menos!, recomendarte que te acerques a visitarla; seguro que como muchos, como yo misma, no la echarás en el olvido.
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