Desierto de Wadi Rum en Jordania, 5 razones para visitarlo.

Desierto de Wadi Rum en Jordania, 5 razones para visitarlo.

Wadi Rum, también conocido como el Valle de la Luna, es uno de los lugares que más me ha impresionado a lo largo de mi vida viajera. Se trata de una región desértica situada al sur de Jordania muy próxima a la frontera con Arabia Saudi y se compone de afloramientos rocosos que llegan a alcanzar hasta los 1.500 metros de altura, sorprende y mucho cuando lo comparas con otros desiertos como los de Marruecos o Túnez debido a la tonalidad rojiza de su arena.

Afortunadamente tuve la oportunidad de conocer el Wadi Rum desde muchos puntos de vista y ángulos, lo atravesé con un jeep, observé a los camellos en unas inscripciones talladas por los nabateos en la piedra hace más de 2.000 años y realicé mi primer y hasta la fecha único inolvidable vuelo en globo.

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Paseo en Globo.

Comienzo con la que ha sido la experiencia más bonita en el Desierto de Wadi Rum, desde lo alto pude observar la inmensidad del desierto y la grandeza de las formaciones rocosas que lo habitan.

Uno tiene la sensación de ser insignificante en el mundo, todo aquello que nos parece grande o enorme desde la superficie, al alcanzar los 1.000 metros de altura nos parece algo realizado en una maqueta. Si deseas tener una experiencia única, inolvidable y mágica al amanecer, no te puedes perder este paseo en globo por el desierto de Jordania.

Los colores.

Con toda certeza, lo que más me sorprendió de este desierto fueron sus colores vivos, estaba acostumbrado a observar las dunas totalmente amarillas del Sáhara para encontrarme de repente la inmensidad del Wadi Rum con tonalidades rojizas o incluso anaranjadas si me permiten el atrevimiento,entremezclados con montañas rocosas de color grisáceo y un cielo azul celeste sin ninguna nube a la vista.

Jeep en Wadi Rum

Si deseas conocer de manera sencilla,práctica y cómoda el desierto, te recomiendo contratar un Jeep, esta experiencia hará que recorras rápidamente los principales puntos de interés del Wadi Rum, desde la duna que abraza la colina contando con una vista excepcional, las cara del Lawrence de Arabia tallada en una piedra o la espectacular puesta de sol que viene a continuación.

Atardecer en el desierto de Jordania.

Uno de esos momentos que uno olvida que vive en un mundo civilizado y globalizado, tal y como hacían nuestros ancestros, sentados en lo alto de una montaña de piedra observamos como el sol desciende y como poco a poco la luz que iluminaba el desierto va desvaneciendo en favor de la oscuridad de la luna.

Mientras observaba absorto como la noche ganaba una vez más la batalla al día pensaba en la fortuna de encontrarme ante este espectáculo natural, desgraciadamente, a veces se nos olvida que lo más bello reside en las cosas simples.

Dormir en el Campamento del Capitán en Wadi Rum bajo el mayor manto de estrellas conocido.

Tener la oportunidad de dormir en una Jaima es algo único que hasta la fecha no había tenido la fortuna de realizar. Unas carpas totalmente austeras y de lona pero que cuentan con todos los servicios- incluida mosquitera y aseo propio- necesarios para el descanso de los huéspedes.

Dormir en el Campamento del Cápitan en Wadi Rum nos hace sentirnos como un Beduino más, a la hora de la cena seguramente te sorprenderá su variada y sabrosa gastronomía, los cocineros del campamento realizaron carne en un horno que se encontraba sepultado en la arena, la cara de asombro y sorpresa de todos los que nos encontrábamos allí hablaban por si solas, que espectáculo y por cierto… la comida sabrosa!.

Una vez acabó la cena y la posterior charla con música el directo fue el momento de volver a la jaima pero en el camino observamos el cielo y se hallaba el que para todos era el mayor manto de estrellas que habíamos observado en nuestra vida, rápidamente nos alejamos un poco del campamento para evitar las luces propias de las farolas que alumbran el alojamiento para observar desde la nada y la mayor de las oscuridades, el espectáculo con alguna estrella fugaz como protagonista que nos brindaba el cielo.